Adios, Spotify. Hola, Bandcamp
Empecé a cansarme de Spotify mucho antes de que saliese el escándalo de los músicos fantasma y de las piezas compuestas con inteligencia artificial. Estos dos acontecimientos no hicieron más que acrecentar mi problema con los servicios de streaming: demasiadas opciones y una casi total falta de control sobre la reproducción de las mismas.
Algo en la manera en la que la aplicación gestiona las sesiones me desorienta. El botón de mezclado, que tiene su utilidad en listas de reproducción demasiado largas, se convirtió en una tortura constante cada vez que intentaba escuchar un álbum concreto en el orden que hubiese preferido la banda o persona que lo compuso.
Por eso me resulta curioso no haberme fijado antes en Bandcamp. Con todos sus defectos, este servicio de compra de música es una primera parada bastante buena en el camino a depender menos de los algoritmos de recomendación y descubrir música que no siempre aparece en los circuitos habituales. Además, tienen un boletín llamado Bandcamp Daily que estoy empezando a apreciar bastante porque ya van un par de géneros interesantes que descubro gracias al mismo. Esta mañana escuché algo llamado Fantasy synth y es, como su propio nombre indica, una fantasía.
Todavía estoy en proceso de encontrar la forma y programa perfectos para reproducir la música según vaya aumentando el número de álbumes que tengo almacenado localmente. Por el momento, me aseguro de que todos los archivos tengan un etiquetado correcto, ya que así será más fácil de organizar después. Si tenéis alguna sugerencia sobre el tema, me encantará leer un artículo con vuestras opiniones.